La ansiedad se percibe como una respuesta natural del ser humano ante situaciones estresantes o desafiantes, donde se manifiestan preocupaciones y temores internos que afectan el bienestar emocional y el sentido de seguridad.

 

Se entiende como una señal de que la persona está experimentando dificultades para adaptarse o enfrentar ciertos aspectos de su vida.

En terapia desde esta perspectiva, se enfoca en comprender profundamente la experiencia subjetiva del individuo, brindando un ambiente de aceptación incondicional y empatía donde pueda explorar sus emociones y pensamientos sin juicio. Se promueve el autoconocimiento y la autorreflexión para identificar las causas subyacentes de la ansiedad, así como los patrones de pensamiento y comportamiento que contribuyen a su mantenimiento.

 

La terapia humanista también busca fortalecer la autoestima y la confianza en uno mismo, fomentando un mayor sentido de autonomía y capacidad para enfrentar los desafíos de manera más adaptativa. Se utilizan técnicas centradas en el aquí y ahora, como la atención plena y la expresión emocional, para ayudar al individuo a estar más presente en el momento presente y a reducir la preocupación excesiva por el futuro.

 

Además, se pueden emplear enfoques terapéuticos como la terapia centrada en la persona o la terapia gestalt, que se centran en el crecimiento personal y la integración de aspectos disociados de la experiencia emocional para promover una mayor autenticidad y plenitud en la vida del individuo.